Tinta/Plumín 20 X 30 cm. Sergio Astorga.

BIENVENIDOS

LA PANTALLA DEL ORDENADOR ES COMO EL INMENSO CIELO A LA ESPERA DE UNA AURORA BOREAL, ES COMO UN ARCO IRIS DE COLORES, COMO UN ECLIPSE O COMO UNA ESTRELLA FUGAZ. A FIN DE CUENTAS ES COMO UN ESPEJO DONDE TE REFLEJAS TÚ Y TUS PENSAMIENTOS. DE ESTA MANERA TE ELEVAS POR ENCIMA DE LOS MISMOS, DEJANDO DE SER PRISIONERO DE ELLOS LLEVÁNDOTE A POSEER UNA ACTITUD MÁS LIBRE CON RESPECTO A LOS DEMÁS, A TI MISMO Y A LA VIDA.

martes, 6 de julio de 2010

VALLADOLID A TRAVES DE OTROS OJOS

24 de setiembre de 2009
La tercera semana del mes de agosto pasé unos días maravillosos y una de las razones es por que estuve acompañada mi hermano mayor y los compañeros de ambos. Me lleva dos año, así que además toda la vida ha podido ser mi amigo. Hemos tenido muchas vivencias de juventud juntos. Como os comenté en su día, también veranos en Valladolid, sueños y aromas que fuimos a recuperar en este viaje. Podría pasar horas hablando de él. De lo que ha sido mi vida a su lado. De experiencias maravillosas, De secretos y confidencias. De viajes y de muchas cosas más. Se van a cumplir pronto treinta años de su traslado a otra comunidad por razones de trabajo. Nos separan más de 500 Km, sin embargo yo le siento muy cerca. Nos buscamos en verano, Semana Santa y Navidades. Si hay suerte en algún fin de semana largo.
Cuando hace algún viaje, siempre prepara un albúm con las imágenes, entradas, trípticos, mapas..., correspondientes al mismo. Con ocasión de tener acabado el del viaje a Valladolid me ha mandado un email con el texto de la primera hoja del mismo. Con su permiso lo inserto. Cómo en mí crónica del viaje os escribí sobre la parte literaria hago mio su relato porque he comprobado que yo os hubiera contado las mismas sensaciones que tuvo él.


"Valladolid es algo más que la Plaza Mayor, que el “Estadio de la Pulmonía ó que el “Paseo Zorrilla”. Es más que Castrillo de Duero y la Iglesia en lo alto.
Evoca recuerdos de años de blanco y negro, de vapor y hierro de máquina de tren, de voces con sonido musicado en grave y de vendimia.
Trae olores de heno y de vino en bodega, de pan candeal recién horneado, de bosta de las caballerías, de piel sin colonias, de cereal recién segado con hoz y zoqueta.
Recuerdo sonidos : los de los animales de tiro, a los labradores y sus gritos de mando, los golpes del martillo del herrero en yunque de fragua y ruido de ruedas de llanta de madera de carros ya abandonados.
Resuenan los motores de los primeros tractores y los cascabeles del carro del tendero ambulante, el siseo del roce del trillo en la mies tendida en la era, el del paso de las mulas, el zumbido del aire en la aventadora, el burbujeo del chorro en los caños de la fuente pública, el del agua al caer en los cántaros, los graznidos de grajos y urracas,…
Recuerdo la obligación de ir completamente cubierto a la iglesia, que hoy, restaurada, es orgullo del pueblo. Me vienen a la memoria los primeros bailes en la plaza y el bar de Desi, cuando lo hubo, pues pasaron muchos años sin él.
Vuelan gritos de niños jugando y es que fue un lugar de juegos infantiles que ya no usan los niños de hoy : juegos hechos a base de herramienta, que fabricábamos nosotros mismos, juegos en que las caricaturas de futbolistas recortadas de las cajas de cerillas eran un gran capital.
Era un caserío lleno de personas arrugadas, muchas enlutadas, en un paisaje entre crudo y ocre, con algún trazo de verde de viñas y alguna comitiva inmóvil de chopos a la ribera del río; donde una mirada llegaba, y llega hoy, muy, muy lejos. Y el silencio de noche.
Hoy son unos pocos habitantes, muchos, ancianos. De los rostros de entonces poco ha quedado guardado; de los lugares, todavía tengo huella.

Yo era “el bilbaíno”, el chico de la Ali. Y ahí he vuelto"


M.Carmen :Yo siempre he sentido pena por la gente que “no tenía pueblo”, entiendo perfectamente a tu hermano Alicia.
Los mejores recuerdos que tengo de mi infancia, transcurrieron en un pequeño pueblo de Navarra. Recuerdos repletos de sonidos, olores, colores...amistad.
Allí encontraba la libertad que no poseía en Bilbao. Recuerdos las noches de verano jugando con los amigos hasta la una de la mañana, las fiestas de los pueblos del valle, las excursiones, los chapuzones en el río...Son recuerdos que no me abandonarán nunca, como no le abandonarán a mi hijo...porque ha tenido la suerte de tener un pueblo, en el que disfrutar una infancia como la mía.
Un saludo a todos.
Alicia: Mari Carmen, fue una suerte tener un padre cazador, aunque no comparto su afición, No creo que hubiéramos tenido pueblo, de no haber sido así, ya que tanto mi padre cómo mi madre son vascos. Nuestras vacaciones estaban unidas a la temporada de caza, Mi hermano y yo faltábamos siempre los primeros días de curso ya que mi padre, que siempre ha vivido una vida sin grandezas, era el único placer que se permitía. Un pueblo en la frontera entre Valladolid, Burgos y Segovia nos acogió bastantes finales de verano, cuando comenzaba la veda de la perdiz.
Mis hijos no tienen esa experiencia. A pesar de haberlo visitado, no han estado tiempo ni veces cómo para contarlo cómo lo hacemos nosotros.
Mari Carmen, yo recuerdo la época de la trilla en la era, la recogida del almendruco, he vendimiado muchas veces, la merienda en la bodega, la película de Joselito en el salón llevándote la silla de casa, los paseos nocturnos con el cielo lleno de astros, los cangrejos del río...podría llegar a aburrir relatando pasajes de aquella época de la infancia y adolescencia.
Besarkadatxu bat.
Maribel: Alicia, y escribiendo como escribe ¿todavía no has invitado a tu hermano a La nieve? Pues estás tardando.
Me ha gustado mucho el relato y conocer esa complicidad entre hermanos que, a pesar de la distancia, todavía perdura.
Un abrazo.
Alicia: Maribel ¡Claro que le he invitado¡ Es un ser muy especial y además muy culto. Mis hijo Javier dice que "es el que más sabe de la familia". Yo, si pienso en él, siempre me lo imagino con un libro en las manos. Ocupa un alto cargo en una gran empresa multinacional y eso suele ser muchas horas de ordenador, mucha responsabilidad...Lo seguiré intentando pero creo que de momento va a ser que no.
En lo que respecta a la complicidad, yo no sé que vida hubiéra vivido sin él, pero me gusta todo lo que he vivido a su lado. Además en la época de la adolescencia, yo la niña entre dos chicos, tuve unas vivencias-viajes, fiestas, verbenas,...- que mis padres me consintiéron por qué iba con él...y más tarde con ella. Ella es mi cuñada a la que todo el mundo sabe que adoro, por lo qué es y por lo que ha sido siempre para toda mi familia.
Besarkadatxu bat.
Emilio Porta : Como sabes, Alicia, mi único hermano vive en Valladolid, je, je...es curioso, lazos por esa zona también...Bueno, el "coment" es más corto. A veces algunos no entendemos lo de la caza...es el tema de la Naturaleza, claro. La gente del campo lo ve de otra manera. Lo ve como la vida es, seguramente, como empezó la supervivencia. Por eso no supe muy bien que poner...aunque el escrito de tu hermano me parece maravilloso. Supongo que aquí aparece el Emilio cursi de ciudad...No lo soy, pero bueno...ya sabes, soy de los que se toman una pechuga de pollo "villaroy" y no piensan en el pollo...No soy muy "carnivoro" esa es la verdad...ni tengo manías. Acepto como viene todo. Pero siempre he tenido algo contra el tema de la caza. Se ve que me ha tocado vivir la época actual donde el hombre no tuvo que vivir en la Naturaleza y alimentarse y defenderse. Qué calamidad...seguramente tú, el tema, lo orientas desde el cariño y el recuerdo, aunque como dices, no te guste. Es que para mi "matar" animales puede ser una necesidad...pero no una afición, ni un deporte. Nunca entendí el tema de Miguel Delibes, un apasionado cazador...y un extraordinario y sensible escritor. Igual que, pese a la belleza plástica de la fiesta, hace tiempo que dejé de ver corridas de toros, a las que mi madre, por ejemplo, una persona sensible, siempre fue aficionada.Sin exagerar, pero le gustaban. Bueno ya se que el tema importante era el precioso escrito de tu hermano pero me ha salido así...y tú sólo tocabas el otro tema muy de pasada. Espero que el otro comentario te compense un poco más. Un beso grande, Alicia.
Alicia: Estoy completamente de acuerdo contigo en lo de la caza, los toros, los gansos, las vaquillas, los embolados, la cabra o cualquier acto de este tipo que se preste. De hecho con mi padre se acaba la saga de cazadores en la familia nuestra. Ni mis hermanos, ni yo, quisimos jamás compartir la afición ni ir con él a ninguna cacería. Nadie heredará ni la escopeta, ni la canana. Yo sigo intentando que la inutilice y que no renueve la licencia. Me parece una violencia gratuita. A mi madre, como a la tuya le gustaban los toros, pero en blanco y negro, creo que desde que se vieron en color cambió de opinión.
De aquellos veranos, me quedo con todo lo bueno, que fue muchísimo.
Un abrazo

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