Fui el último ser vivo que llego a la casa. Mi llegada coincidió con las últimas fiestas navideñas y aunque realmente se puede decir que fui como un regalo para el hijo pequeño, supuso una gran alegría para todos los miembros de la casa. También lo fue para mí. Yo creo que desde el primer momento percibí que iba a ser un hogar feliz para el resto de mi vida.
Con mi llegada tuvieron que decidir donde me instalaban, si compartiría habitación y otros detalles para que mi estancia fuera grata. Mi aposento final estaba situado al lado del dormitorio del hijo mayor, esto me hizo sentir seguro.
El paso del tiempo hizo reafirmar mi primera impresión. Yo era feliz; por la mañana subían la persiana y entraba una claridad radiante que me daba la vida. De proporcionarme el alimento se encargaba la que creo que es mi mamá, me mira con mucho cariño y además me lleva de vez en cuando a la bañera y agarrándome con mucho cuidado, como si yo pinchase, se encarga de que no me falte un buen baño de agua.
Estas últimas semanas he andado muy preocupado porque veía a mi mamá muy atareada con lo que parecía ser de nuevo la Navidad. Ademas iban a venir a conocerme mis tíos que viven muy lejos con lo cual andaba planificando los menús para hacer las compras correspondientes. Sin embargo lo que le estaba dando más quebraderos de cabeza era la ropa para esa fiesta tan especial que parecía que se avecinaba. Iban a ir muy elegantes, algunas prendas las ha cosido ella, otras como la de mi hermano pequeño, que ha sido muy cara, las han comprado en una tienda porque quería ir muy bien combinado con los tonos y el modelo de una amiguita que viene mucho por casa. Los complementos también los han tenido que comprar y yo andaba apurado porque igual no les llegaba el dinero para vestirme elegantemente a mí también.
Llegó el día señalado y como mi habitación es la que más claridad tiene vinieron a maquillarse y vestirse, vi lo guapos que estaban y además me puse muy contento porque como tenía puesto el traje que más les debe gustar cuando mi mamá me miró dijo:
¡Mira parece que va de carnaval como nosotros!
Ahora, en la balda de la solana de grandes ventanales por donde entra un sol esplendoroso, estoy intentando entender a mí mamá. Ella siempre anda con múltiples planes y resulta que el miércoles parece que irá a un entierro. Eso es algo triste sin embargo ella ha quedado con las amigas y está contenta. Creo haber oído que entierran a Doña Sardina. De todas formas a mis hermanos les oigo a veces decir que tampoco la comprenden.
Maribel: Muy original, Alicia, esa fusión de Navidad y carnaval. Por un momento, mientras leía, pensé que el nuevo inquilino era el pavo y se lo iban a comer. Ahora entiendo lo de agarrarlo con mucho cuidado, jajaja. ..Comentar
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